Las novelas de Goran Petrović

Juan Mpc
5 min readMar 30, 2021

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Aun el pedazo más grande de papel está delimitado por sus bordes. Sin embargo, si el cartógrafo es suficientemente capaz, ningún camino será interrumpido por el margen. Si, además, es un ser imaginativo, el camino realmente empezará apenas en ese punto…
— Goran Petrović, en Atlas descrito por el cielo

Lo poco que sé de teoría literaria, si es que podemos decir que algo sé, lo aprendí en la preparatoria hace más de diez años. Creo que el realismo mágico es un movimiento latinoamericano (y cualquiera que sepa más que yo podrá corregirme), y es por esto que no me atrevo a decir que Petrović
—yugoslavo de nacimiento, hoy serbio — pertenece al mismo. Sin embargo, las novelas suyas que he leído me gritaban «¡realismo mágico!» todo el tiempo que las leía.

Descubrí a Petrović explorando fotos de libros en Instagram. Me llamó la atención el título Atlas descrito por el cielo (porque, como saben quienes me conocen bien, estoy ligeramente obsesionado con los mapas). Lo compré impulsivamente esa misma semana, y me enamoré del autor instantáneamente. Los otros dos libros suyos que he leído me gustaron por igual: La mano de la buena fortuna y Bajo el techo que se desmorona.

Atlas descrito por el cielo (de 1993) es la historia de los habitantes de una casa que deciden pintar el techo de cielo — no con pintura, sino quitándolo por completo — , y de las consecuencias de esa decisión. Es la historia de Andrei, el amante secreto de Eta (quien desapareció un día sin avisar a nadie, y cuyo retorno Andrei aguarda en todo momento, estudiando y memorizando los horarios de todos los medios de transporte de todo el mundo, pues en cualquiera de ellos puede encontrarse Eta en cualquier momento). Es la historia de Esther, cuya profesión, descrita por ella misma, es la de estar enamorada del famoso actor Augusto, y de la muda Tatiana, que no habla más que cantando en un idioma que nadie más conoce. También es la historia de Sasha y Bógomil, enamorados secretamente el uno del otro, y de Lusilda y Drágor, los más recientes habitantes de la casa sin techo, ella capaz de elevarse por los aires con un simple pestañeo, él portador de conocimiento y de artefactos maravillosos.

Pero las vidas de los habitantes de la casa no son todo el realismo mágico que irradia la novela: también lo son los objetos que se encuentran dentro, cohabitantes en sí mismos. Está la Enciclopedia Serpentiana, un libro de entradas infinitas y que siempre muestra a su lector precisamente lo que éste necesita leer (muy borgiano, si me preguntas). Están también los cuatro Espejos: el Espejo Occidental, tripartito, que muestra el pasado, el presente y el futuro; el Espejo Septentrional, que muestra la verdad y la mentira de quien pose frente a él; el Espejo Oriental, el portal de los fantasmas a este mundo; y el Espejo Meridional, un espejo como cualquier otro, pero no por eso menos peligroso. Podría describir muchos más componentes fantásticos (como los pececitos lunares, las plantas felicidáceas e infelicidáceas, los Baúles de la Levedad y de la Gravedad), pero resulta mucho más disfrutable e interesante si lo leen ustedes mismos.

La mano de la buena fortuna, publicado en el 2000, es un libro igualmente mágico y fascinante. Trata de un hombre llamado Anastas Branica que escribe un libro larguísimo, titulado Mi Legado, que en realidad no cuenta ninguna historia. Más bien se limita a describir, con el mayor lujo de detalle que se puedan ustedes imaginar, cada objeto, cada rincón y cada acabado de la casa en la que ha vivió toda su vida, para así inmortalizarla en el papel.

El libro habla, por otra parte, de que existen personas que han dominado el arte de leer libros con tal atención y sumersión que pueden entrar (¡literalmente!) en el universo de cualquiera de sus lecturas y explorarlo libremente. Petrović las bautiza como «maestros de la lectura total». Cuando dos de estas personas se encuentran leyendo el mismo libro en el mismo momento, no importa cuán alejados estén físicamente en este plano, se podrán encontrar en el interior del libro además de percibir como propia la realidad dentro del mismo.

La novela es el encuentro de cinco de estos personajes dentro del libro de Branica. Cada uno termina por algún motivo leyendo al mismo tiempo Mi Legado: un corrector de estilo que contratan para la reedición del libro, una joven que busca escapar del mundo porque no se siente parte de él, un hombre enamorado que busca a la mujer que ocupa su mente todo el tiempo, una doncella que anhela los días de antaño y disfruta con los lugares hace tiempo perdidos, y un hombre misterioso que desconfía de la sociedad.

El tercer libro, Bajo el techo que se desmorona, me capturó de una forma totalmente nueva. Trata de lo que ocurrió una tarde de domingo en 1980 en un pueblo de Serbia (Kraljevo), cuando un numeroso grupo de personas asisten a una proyección en el cine Uranija. Antes de la Segunda Guerra Mundial, las instalaciones del cine pertenecían a un hotel, el Gran Hotel Jugoslavija, mismo que fue nacionalizado y convertido en un cine que sólo tiene permitido proyectar películas soviéticas.

La historia que cuenta Petrović es en sí misma realmente muy corta: trata sobre lo que acontece dicha tarde de 1980 en las instalaciones del Uranija cuando se interrumpe la película para anunciar la muerte de Tito, dictador de Yugoslavia por 27 años. Sin embargo, el grueso del libro está conformado por pequeñas historias de los presentes en la sala (desde los espectadores de la película hasta el personal del cine presentes en la sala), de sus vidas y de cómo se relacionan entre ellos (recordemos que es un pueblo pequeño en el que todos se conocen). Cada una de estas historias es narrada breve pero eficazmente, como los fotogramas de una película de 35mm que, en unos cuantos milisegundos, aportan al desarrollo de una Historia Mayor.

Lo que para mí hace especial a los libros de Petrović es la capacidad que tiene de contar micro historias que, sumadas y entrelazadas, conforman una historia mayor, con muchos detalles escondidos que dejan mucho que pensar y que además reflejan la naturaleza humana de una forma única y mágica. Los recomiendo mucho tanto a los amantes del realismo mágico y de la fantasía como de la historia.

¡Ah! Y por cierto: si les interesa leerlo, les recomiendo la traducción al español más que la traducción al inglés.

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Juan Mpc

Soy entusiasta de muchas cosas, pero hábil en ninguna. En este espacio busco un lugar para vaciar mi mente de varios temas que la ocupan frecuentemente.