Dados

Juan Mpc
3 min readJan 31, 2021

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Hay una razón por la cual no me he entregado a ninguna de las principales religiones del mundo ni a ninguna de sus variantes. La explicación es simple: todas ellas aseguran la existencia de un dios todopoderoso, o bien de una multiplicidad de dioses que, en conjunto, determinan el devenir de la humanidad. Y todos ellas están mal. El destino no existe, mucho menos el libre albedrío. El futuro nace de un juego de azar: dos Seres, dioses si quieren, iniciaron hace eones un juego de dados; un juego en el que el resultado de cada movimiento, cada apuesta que hacen, lo dicta todo.

La verdad de lo que afirmo parece cuestionable y tan poco demostrable como cualquiera de las religiones que critico. Sin embargo, estoy seguro de ella, pues me fue revelada en un sueño. ¿Cómo serían capaces estos seres cósmicos, perfectos, de eludir las consecuencias de un envite? La apuesta fue acordada, los dados fueron lanzados, y el perdedor fue señalado. El pago acordado fue revelarme a mí la verdad.

¿Por qué merecería yo ser receptor de tan magna visión? He dicho que se trata de un juego de azar. Los Dados lo determinan todo: el pago de cada apuesta es decidido de esa forma. Con un tiro se decretó que la verdad sería revelada; con otro, que me sería revelada a mí. Otro más estableció que ocurriría en un sueño, y cada detalle del sueño fue impreso en la posición final de un lanzamiento.

Esto es lo que me fue mostrado.

La ocurrencia de un evento es binaria, ocurre o no ocurre. Pero la totalidad de eventos es infinita — y, por tanto, todos son igualmente improbables — . Los Dados, entonces, necesariamente tienen un número infinito de caras, que representan cada posible evento, cada una ocupando un área infinitesimal de su superficie. Es claro, además, que si se trata de un solo Dado o dos o más es en realidad una cuestión sin importancia, porque el infinito de uno es el infinito de dos. Y las apuestas son de un orden de infinitud mayor aun, pues cada apuesta depende del resultado de una anterior, y ésta de otra que la precede, y así sucesivamente. Una cadena infinita de eslabones infinitos. Es así como se declaran guerras y se acuerdan paces, se coronan reyes, se corrompen líderes, se desbordan ríos, se entrechocan copas, se detonan bombas, se disparan armas, se conciben vidas, se hace ciencia, se reúnen amantes, se siembran tierras, se hacen tratos, se forman lazos, se olvidan rencores, se borran renglones, se crean historias, se sueñan sueños.

Pero algo fue insinuado en mi sueño, y mi temor es grande. Llegará el momento en el que estos Seres lanzarán los Dados y la peor cara será la que quede a la vista: la cara que ponga fin a su eterno juego. ¿Qué pasará entonces? Sin el azar propio de este Juego todo quedaría inmóvil, inalterado e inalterable. ¿Es el universo capaz de soportar la estática absoluta? ¿Existe tal cosa? Mi único consuelo es que, cuando esto ocurra, no podré saberlo.

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Juan Mpc

Soy entusiasta de muchas cosas, pero hábil en ninguna. En este espacio busco un lugar para vaciar mi mente de varios temas que la ocupan frecuentemente.